Antes de dedicarme al arte, estudié ingeniería y ciencias naturales. Incapaz y limitada para articular mi experiencia transgénero, esta tensión abrió un camino hacia la búsqueda artística y espiritual. A través de los nuevos medios, la actuación, los espacios lúdicos, la instalación, la geometría matemática, el texto/discurso, las canciones/mantras, exploro el tema de la compasión / autocompasión y la alegría interior más allá de la materia y la mente.
Me he inspirado en sabidurías precolombinas y en culturas/deidades ancestrales. Ejemplos notables incluyen el Tida Wena (Warao) en Venezuela, los pueblos indígenas de los Andes, el Kinnar/Hijra en la India y la historia de la diosa Quan Yin. Aunque no pertenezco a estas comunidades, ellas me han inspirado a reflexionar sobre mis propios orígenes y espiritualidad, sobre quiénes somos después de dejar el cuerpo físico. Como Vaishnava iniciada, me inspiran las historias hindúes de deidades como Radhe Krishna y Katyayani Devi, así como de santos como Sri Lalita Sakhi Dasi (Sakhi Ma) y el Santo Ashtavakra cuyo cuerpo estaba doblado/deformado (jorobado) y la gente se reía de su apariencia.
Esta exploración responde al ostracismo, la exotificación, humillaciones y situaciones amenazantes de vida a las que me he enfrentado como mujer transgénero tanto en espacios privados como públicos. En mi experiencia, la violencia no es ni masculina ni femenina, ya que tanto hombres como mujeres son capaces de causar daño. Reflexionando sobre mi propia vida, la situación más dolorosa es cuando sostenemos una opresión interior contra nuestro ser y estamos con demasiado miedo para ser quienes realmente somos —la raíz de esto para mi es la falta de Amor como Prem en sánscrito. El Amor como lo opuesto al miedo.
Con compasión, mi trabajo navega por la tensión interna entre el reduccionismo en la ciencia y los permisos del arte. No me interesa la teoría del dualismo de Descartes (1641), que separa la mente del cuerpo, o paradigmas mecanicistas como la física newtoniana que reducen el universo como una máquina compuesta de partes discretas e interactivas. A través de la experiencia vivida, he llegado a ver cómo el reduccionismo científico refleja los prejuicios sociales y las categorías fijas.
Por el contrario, el pensamiento cuántico es para mí una herramienta conceptual para ir más allá de los dualismos rígidos “nosotros contra ellos” o “hombre contra naturaleza”. Un concepto holístico, que enfatiza el entrelazamiento y la conexión del observador con lo observado. Max Planck, un pionero de la teoría cuántica, demostró que la energía existe en paquetes discretos, o ‘cuantos’. Más tarde afirmó: “Considero la conciencia como fundamental. Considero la materia como derivada de la conciencia” (The Observer, 1931). Su trabajo sugirió un universo interconectado.
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Esta exploración condujo a la instalación Post Cyborg Awakening (2017), Pineapple Laboratories, un espacio seguro/ memorial utópico donde las mujeres trans no son reducidas al cuerpo material, sino honradas en espíritu. En el trabajo Pachamama (2021-23) exploro de forma co-creativa el tema de la compasión ambiental y la conexión con la Madre Tierra. Las obras recientes incluyen What is in Me (2024), Call of the Universe dedicado a la diosa hindú Radha y The Jewel Jellyfish Collection (2023-24), Trasnochada, explorando la autocompasión como bioluminiscencia.
Kamalanetra, Agosto de 2024 (revisado en marzo de 2025)